miércoles, 2 de marzo de 2011

CARTA DEL RECTOR LUCERO ALDAY; a toda la comunidad Universitaria

A continuación una carta que envío este durante la tarde del presente 3 de marzo de 2011, el rector de nuestra Universidad, el señor Luis Lucero Alday, a los funcionarios de la Universidad Central, por intermedio de uno de ellos accedimos al documento y aqui lo publicamos para que todos sepan que es lo que ocurre en nuestra Universidad.


"Frente a los delicados acontecimientos por los cuales atraviesa nuestra universidad y que se han profundizado durante el receso académico de Febrero me ha parecido imprescindible dirigirme a la comunidad universitaria con el fin de que conozcan mi pensamiento sobre la materia.

Quiero comenzar estas palabras aludiendo un artículo publicado  en el periódico El País por Gregorio Peces-Barra, dice “Un buen enfoque de los problemas universitarios debe partir siempre del respeto al fundamento que Giner de los Ríos señaló con acierto “La universidad es la conciencia ética de la vida”.

Sigue “Los principios de la ética pública, los valores democráticos y la libertad deben estar en la raíz de las políticas universitarias y de los comportamientos de las autoridades académicas, y expresar el espíritu fundante del alma máter. Es necesario subrayarlo ante los pragmatismos estrechos, y ante la mediocridad axiológica enmascarada en las técnicas modernas…..”.

Creo que viene al caso, dado los acontecimientos que me preocupan. Me parece bueno buscar algún punto de arranque que nos permita ver que hay más mundo que el nuestro y que los problemas son parte de los aprendizajes que tanto uno como la institución deben enfrentar..

El tema en cuestión dice relación con el proceso de alianza estratégica que la universidad inició ya hace algún tiempo y que a la fecha, no ha llegado a concretarse y, al menos en mi opinión, tampoco tiene hoy un plazo final creíble.

                        El Rector que suscribe, durante todo su mandato y en especial el último tiempo, conforme lo dispone el estatuto vigente, ha estado gobernando la Universidad con el fin de mantener lo que es la esencia Universitaria y en lo que hoy nos preocupa ha participado en el proceso de búsqueda de socios  estratégicos formalmente, en cuanto a la consulta sobre la modificación estatutaria y la concurrencia a la Junta Directiva con derecho a voz, según lo establece la normativa vigente.  La conducción del proceso ha estado a cargo exclusivamente del presidente de la Junta Directiva, quien como metodología de trabajo informa ya sea personalmente al rector sobre aspectos parciales y en la Junta cuando hay sesión, pero es necesario decir que quien suscribe ni tiene ni ha tenido toda la información, ni toda la documentación sobre la materia.

                        En mi opinión y conocida la historia de la Universidad Central, una reforma de estatutos debe ser abierta, informada, reflexionada, discutida y consensuada, de tal forma que atienda al proyecto educativo de una Universidad  independiente, pluralista, inclusiva y participativa que se orienta a la formación de mejores personas para contribuir a la sociedad, tal como fue concebida hace 28 años por quienes la fundaron. Esto no  fue así en la oportunidad en que se discutió dicha reforma. Tal es así que manifesté a la Junta, al ejercer lo señalado en el artículo 52 del estatuto “el Rector debe ser oído, asesorado por el Consejo Académico”, que este un proyecto de riesgo considerable, porque no hay consenso en la institución, materia por todos conocida. Los hechos han demostrado que no me equivoqué. 
                        La forma en que se ha conducido el proceso de alianza estratégica en cuanto a la modificación estatutaria de la Universidad, ha carecido de la información y transparencia necesarias. Se desestimaron las opiniones divergentes y ha habido hostilidad hacia las personas que plantearon posiciones distintas.
                        La autoridad a cargo del proceso no ha generado espacio alguno para el diálogo, sólo ha tomado conocimiento de las peticiones y las ha desechado sin mayor análisis. El Sr. Livacic ha mencionado que se trata de un proceso democrático, olvidando que la democracia permite la divergencia de opiniones.

                        Lo anterior debe hacernos reflexionar muy profundamente como comunidad. La  gravedad de la separación intempestiva de su cargo del Fiscal de la Universidad, encargado estatutariamente de velar por la legalidad de los actos de la Corporación, la desvinculación de sus cargos y de la Universidad, de la Decana de la Facultad de Ciencias de la Educación y del Director de Aseguramiento de Calidad se producen incuestionablemente en escenarios en que se preparan otros golpes de fuerza o actuaciones cuestionables que hoy día son ajenos a la realidad del país y que sólo traen malos recuerdos cuando fueron utilizados, de esa forma se entiende, un acto de esta naturaleza, dejando a la Universidad totalmente indefensa y con el camino libre para la arbitrariedad. Es el comienzo de represalias por el solo hecho de opinar distinto o disentir. 

            El Ministerio de Educación ha respondido a la modificación de estatutos, que se envía por segunda vez (la primera vez fue retirada por el presidente de la Junta Directiva, sin dar motivos), que no corresponde realizar un pronunciamiento en esta oportunidad y señala en resumen, que, para analizar las modificaciones la Universidad debe acompañar el Acta de Acuerdo de la Junta Directiva en la que conste la comparecencia y pronunciamiento del Rector en la Sesión de Junta Directiva en que se analizó las modificaciones estatutarias actualmente en trámite. En esa oportunidad no se oyó al Rector ni fue consultado el Consejo Académico Superior vulnerando el artículo  52 del estatuto vigente.

Con respecto al Estatuto refundido modificado ingresado el 22 de Noviembre, el Ministerio señala que no han sido aprobados por el órgano superior de la entidad (Asamblea), ni se ha dado cumplimiento a los requisitos necesarios para llevar a cabo la tramitación, motivo por el cual dicha documentación no corresponde a una presentación formal. Esto demuestra un trabajo poco riguroso y desprolijo en materias que involucran el destino de la Universidad, ocasionando un evidente perjuicio para la imagen de nuestra Casa de Estudios, perpetrado por el Sr. Livacic, presidente de la Junta Directiva.

            En materia de fondo y sólo después de haber estudiado la figura de la alianza, cosa que al comienzo por su complejidad y lo estrecho de los plazos que fijó el presidente de la Junta fue imposible. Lo que resulta de gran importancia es la forma en que se traspasan bienes propios de la Universidad, gratuitamente y a valor libro, a sociedades inmobiliarias compuestas, entre otras, por las mismas personas que tienen la obligación de velar por el patrimonio de la Corporación y administrar sus bienes. Ellos mismos son los que manejan y controlan la voluntad colectiva de la entidad, los miembros de la Junta Directiva y de la Asamblea de Socios. Este virtual despojo se ve agravado por el hecho que  la Universidad deberá pagar un arriendo por bienes que le son propios y casi la totalidad de este iría para el Fondo de Inversión Privado, no para la Universidad.  

            Lo dicho deja de manifiesto profundos conflictos de intereses y genera una inconsistencia ética importante. Es lamentable percatarse cómo el Código de Ética, aprobado por la misma Junta Directiva, es violentado. A mayor abundamiento, podemos observar que la mayoría de los miembros de la Asamblea de Socios (8 de 14) que han concurrido con su voluntad a tomar estos acuerdos de extrema importancia para el futuro de la Universidad han vencido sus períodos como asambleístas en el mes de noviembre; estas personas no se han abstenido de votar ni tampoco han solicitado que se realicen elecciones de los asambleístas que los reemplacen como corresponde a un actuar que los legitime. Esto implica que la Junta Directiva ha actuado con desidia y con notable abandono de funciones al no haber llamado a elecciones de miembros de Asamblea que han terminado sus períodos y no han velado por conseguir una legítima manifestación de voluntad.

            La Junta Directiva, presidida por el Sr. Livacic, ha actuado en forma contumaz, de manera negligente e interesada. Ha vulnerado sin ninguna consideración el espíritu de nuestros fundadores quienes siempre quisieron y exigieron que la Universidad Central fuera de todos sus miembros y no de algunos como lo sería al momento que opere la nueva institucionalidad.
Los hechos son, que a la fecha no se ha dado cumplimiento a lo planificado para concretar esta alianza, y no se divisa cambio de actitud alguno para mejorar aquello, sino que más bien se ha optado por la represión, como si aquello fuera a transformarse en el instrumento que va permitir que el Ministerio de Educación registre la modificación estatutaria.

Por todo lo anterior hago un llamado urgente a los Académicos, Funcionarios y Estudiantes para exigir a quienes están conduciendo hoy la Universidad:
1.      La renuncia de quien preside la Junta Directiva el Sr. Ernesto Livacic, quien ha perdido la confianza de la comunidad universitaria, por no velar por el resguardo del proyecto de Universidad que se forjó con fuerza hace 10 años por voluntad de los socios fundadores y los académicos de nuestra Casa de Estudios Superiores.
2.      Retirar del Ministerio de Educación la propuesta de reforma de estatutos
3.      Elección por la comunidad académica de los miembros que deben renovarse de la Asamblea, para que éstos designen a los miembros de una nueva Junta Directiva, que sepa conducir con transparencia, probidad, eficiencia, justicia y respeto los destinos de la Universidad que la comunidad merece y que  visionariamente soñaron nuestros fundadores
4.      Iniciar un proceso de análisis y búsqueda, serio y responsable, participativo e inclusivo, de opciones para el desarrollo de la universidad, con figuras jurídicas distintas a la propuesta y realmente sin fines de lucro como lo ha sido nuestra universidad hasta ahora.
5.      Una reforma de estatutos abierta, conocida, reflexionada, que atienda al proyecto universitario de una Universidad independiente, pluralista, inclusiva, participativa que se orienta a la formación de mejores personas para contribuir  a la sociedad."

Saluda atentamente a ustedes

Luis Lucero Alday                                                 
Rector

                                                                       Santiago, 2 de Marzo del 2011





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