martes, 30 de marzo de 2010

Yo NO apagué la luz.

  

Buscando el tema para esta columna, decidí remitirme a uno de los más contingentes. El calentamiento global y las acciones que atacan su “poderoso avance”. A pesar de ser parte de quienes creen en las teorías conspirativas que versan sobre la falsedad que hay detrás de todo este tema del cambio climático, si puedo ver que hay un flagelo evidente e histórico a nuestra madre tierra y, propiciado por la raza humana.
Durante Marzo del año pasado se promovió el apagón mundial para darle un “respiro” al planeta y así, ir creando conciencias sobre lo importante de cuidar nuestro ecosistema (y sobre todo la energía), darnos la oportunidad de vernos unidos luchando por una causa común, que juntando muchas voluntades somos capaces de revertir todo, cuan hinchada de fútbol.
Bueno, desde esa época quienes han criticado estas iniciativas con argumentos de diversa índole han sido calificadas como poco activos y como personas que no valoran los pequeños gestos en pro del bien común.
El título de esta columna dice mucho y las razones son las siguientes: a) Los gestos hacia nuestro entorno deben ser constantes y no entregando mendrugos de pan de una hora ¡por año!, b) Esperar a que los gobiernos y órganos internacionales tomen otras medidas aparte del estéril Protocolo de Kioto, sería una actitud inaceptable y del peor de los sedentarismos, c) Cada uno desde sus capacidades intelectuales puede tomar decisiones que mejoren nuestro entorno, desde no botar basura a la calle a aprender a usar la energía y d) Sin poner en duda las buenas intenciones de sus promotores, este tipo de iniciativas producen un efecto posterior de satisfacción y de “tarea cumplida” en la gente, o sea, es sólo un remedio para calmar un dolor de muela.
Si seguiremos apagando la luz durante treinta años más, les recomiendo no adherir, si quieren formar conciencia, perfecto, háganlo, pero no estemos esperando esto para llevarlo a la práctica, ya que, desde el apagón del año pasado no he visto cambio ALGUNO. ¿Alguien si?


Clemente Espinosa,
Miembro GC.

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